
Una simple solución transformó el día a día de un equipo de mantenimiento
¿Te imaginas tener que recoger y transportar grandes cantidades de aceite usado, mezclado con un poco de agua e impurezas, y que tu día se convierta en un desafío?
Pues este era el reto de una empresa de montajes y mantenimientos industriales, que nos contactó buscando ayuda para hacer su operativa diaria más sencilla y eficiente.
Nos conocían por proyectos anteriores, así que, después de compartirnos su problema, nos pusimos manos a la obra para encontrar la solución ideal.
¿Cuál era la situación inicial?
Todo comenzaba cuando los mecánicos retiraban el aceite usado de los compresores en las instalaciones de sus clientes.
Este aceite lo llevaban a su base y, una vez allí, realizaban un trasvase manual con garrafas de 40 litros hacia un contenedor de 1000 litros. Este proceso no solo era laborioso y lento, sino que también presentaba varios inconvenientes que afectaban tanto a la productividad como a la seguridad del equipo.
Además de la incomodidad de manejar garrafas pesadas, el aceite contenía una pequeña cantidad de agua y otras impurezas, lo que complicaba aún más el trasvase y aumentaba el riesgo de derrames y accidentes.
Requisitos
Para hacer frente a esta situación, nuestro cliente necesitaba:
1. Optimizar el tiempo en el trasvase: Necesitaban una forma de reducir las largas pausas en el flujo de trabajo para poder cumplir con sus compromisos y mejorar la satisfacción del cliente.
2. Facilitar el transporte del aceite usado: Era crucial contar con un sistema que permitiera mover el aceite de manera rápida y eficiente, minimizando el esfuerzo físico de los mecánicos.
3. Una solución que resistiera las impurezas y el agua en el aceite: Necesitaban un sistema que pudiera manejar el líquido sin riesgo de daños ni averías, asegurando así un funcionamiento ininterrumpido.
La solución
Después de estudiar bien el caso, junto con nuestro equipo técnico les propusimos instalar una bomba eléctrica de 230 voltios con un caudal de 32 litros por minuto. Esta bomba tiene un cuerpo de plástico resistente y, al no tener juntas dinámicas, se vuelve ideal para líquidos con pequeñas impurezas y algo de agua sin riesgo de obstrucción o corrosión. Este diseño es especialmente importante, ya que el uso de una bomba de metal habría causado problemas de gripado y oxidación debido a las impurezas y la humedad en el aceite.
Además, es autocebante, así que está lista para usarse desde el primer momento. Esto no solo ahorra tiempo, sino que también evita la necesidad de realizar complicados procedimientos de preparación antes de cada uso.
Para usarla, simplemente conectan la toma de aspiración al depósito de la furgoneta y la toma de vaciado al contenedor grande (GRG) en su base. Luego, al pulsar el interruptor, la bomba transfiere el aceite de manera automática y sin complicaciones. Esto les permitió despedirse de la tediosa tarea de trasvasar manualmente el aceite con garrafas pesadas.
¿Qué beneficios obtuvieron?
La implementación de esta bomba solucionó el problema de inmediato y mejoró toda la operativa del equipo de mantenimiento. Con esta solución:
– Optimizaron sus tiempos: El proceso de trasvase se redujo drásticamente, lo que significó que los mecánicos podían dedicarse a otras tareas importantes en lugar de perder tiempo en un proceso laborioso.
– Evitaron los riesgos de averías en el equipo de trasvase, gracias a los materiales resistentes que no se obstruyen ni corroen. Esto se tradujo en un mantenimiento mucho más sencillo y en una mayor durabilidad del equipo.
– Aumentaron la seguridad y eficiencia del equipo: Los mecánicos se sintieron más cómodos y seguros al realizar su trabajo, lo que se tradujo en un aumento de la moral del equipo y en una reducción del riesgo de accidentes laborales.
El resultado que Haladjian les ofreció fue tan positivo que decidieron implementar el mismo sistema en otras seis delegaciones, logrando que el equipo de trabajo en cada sitio tuviera la misma comodidad y eficacia en sus operaciones diarias. Este caso demuestra cómo una solución bien pensada puede transformar el día a día de un equipo y mejorar su rendimiento en cada tarea.
Al final, no sólo solucionamos un problema logístico, sino que ayudamos a crear un entorno de trabajo más seguro y eficiente, lo que se traduce en un mejor servicio para sus clientes y, en última instancia, en el éxito de la empresa.