Todo lo que necesitas saber sobre un contenedor IBC o GRG
Los contenedores IBC son depósitos con una capacidad máxima que ronda los 1.000 litros y están hechos para almacenar y transportar de manera cómoda y segura todo tipo de líquidos, sustancias y materiales a granel.
Las siglas IBC provienen de Intermediate Bulk Container y se los puede denominar también GRG o Gran Recipiente a Granel. Con un diseño pensado a partir del espacio que se desea aprovechar, son apilables y su formato facilita tanto la carga como el almacenaje.
Cabe destacar que los contenedores IBC están fabricados en materiales plásticos aunque reforzados y protegidos por una estructura de metal y un palet en la base que ayuda a sus respectivos movimientos y manipulación con las máquinas adecuadas.
¿Conoces todas las nomenclaturas del IBC?
Depende del país, se denomina al IBC con una u otra nomenclatura, hecho que a veces puede generar confusión a la hora de tratar con comerciales y proveedores de otros países.
GRG: Siglas en español de Gran Recipiente para mercancías a Granel. Prácticamente el 80% de las empresas en España utilizan esta nomenclatura a nivel administrativo.
IBC: Es el acrónimo en inglés de Intermediate Bulk Container, que en español se traduciría como Recipiente de Forma Cúbica. Si tu empresa exporta materiales a granel y/o líquidos al extranjero, estarás familiarizado con este nombre, pues es la nomenclatura más común en países de habla no hispana
KTC : Es el acrónimo en alemán de contenedor de carga cúbico. Estas siglas se utilizan mucho al tratar con empresas alemanas, por lo que es recomendable conocerlo si tratas con el país germano. Sin embargo, al contenedor GRG se le suele conocer también como:
- Contenedor de 1000 litros
- Cubicontainer
- Tanque de 1000 litros
- Canalón de 1000 litros
- Depósito de 1000 litros
Características principales de un contenedor IBC
Este tipo de contenedores permiten reunir todo tipo de líquidos y son muy demandados en la industria alimentaria y química, que son las que usan el líquido con mayor cantidad y frecuencia. A continuación te listamos otras características a tener en cuenta del contenedor IBC:
- Aunque la capacidad máxima de un contenedor IBC podría alcanzar los 3 m3, generalmente se usan los de 1 m3.
- Hay contenedores IBC más pequeños que disponen de una capacidad de 500 o 100 kilos, necesarios muchas veces para líneas de procesamiento y envasado.
- Son muy útiles, efectivos, y presentan grandes ventajas como la de ser resistentes a las condiciones climáticas y a los golpes y agresiones que puede recibir por parte del producto que almacena.
- Un depósito IBC pueden ser rígido, flexible, o compuesto.
- Son capaces de permanecer mucho tiempo bajo una lluvia fuerte sin que les suceda nada, protegerán los productos que contentan y resultarán siempre económicos porque son reciclables.
- Los contenedores GRG están ideados para ser manipulados de forma mecánica mediante carretilla elevadora o traspaleta.
- Pueden resistir los esfuerzos que se producen durante la manipulación y el transporte.
- Pueden ser contenedores de plástico o de metal, según su uso.
- Un GRG de 1000 litros se caracteriza por poseer una rejilla de contención que envuelven las estructura interior, conocida como burbuja. Las rejillas cumplen con dos objetivos claves: reforzar la estructura del GRG contra posibles golpes, y estabilizar dicha estructura.
Todas estas características explican la utilidad y polifuncionalidad de los contenedores IBC que, además, se adaptan a las necesidades particulares de cada empresa a partir de las distintas variedades de productos envasados y siempre pueden contar con ellos.
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¿Qué se puede almacenar en un contenedor IBC?
Los contenedores IBC son altamente versátiles y están diseñados para el almacenamiento y transporte de una amplia gama de productos, tanto líquidos como sólidos. Su estructura robusta y su capacidad de hasta 1.000 litros los convierten en la opción ideal para múltiples sectores industriales. Entre los productos más comunes que se pueden almacenar se encuentran:
- Líquidos químicos: productos como ácidos, disolventes, detergentes industriales, aceites lubricantes, pinturas, tintas y adhesivos. Gracias a su resistencia química, los IBC son ideales para sustancias corrosivas y peligrosas.
- Alimentos y bebidas: aceites vegetales, jarabes, jugos, vinagre, salsas y otros productos alimenticios líquidos. Es importante que el IBC esté certificado para uso alimentario para garantizar la seguridad del contenido.
- Agua potable y no potable: utilizados tanto para aplicaciones industriales, agrícolas como para el almacenamiento de agua de emergencia en situaciones de desastres naturales.
- Productos farmacéuticos y cosméticos: soluciones líquidas, alcoholes, desinfectantes y productos químicos utilizados en la industria farmacéutica y cosmética.
- Materiales a granel: polvos, gránulos, resinas, fertilizantes y productos en forma sólida o semisólida que requieren un almacenamiento seguro y eficiente.
Antes de utilizar un IBC para almacenar cualquier tipo de sustancia, es fundamental verificar la compatibilidad del material del contenedor con el producto específico para evitar reacciones químicas o contaminación.
¿Cuáles son los diferentes tipos de contenedores IBC?
Existen varios tipos de contenedores IBC, diseñados para satisfacer diferentes necesidades de almacenamiento y transporte en función del tipo de producto y del entorno de uso. Los principales tipos son:
- IBC rígidos: fabricados en polietileno de alta densidad (HDPE) y reforzados con una estructura metálica externa. Son ideales para líquidos industriales, productos químicos y sustancias peligrosas debido a su alta resistencia a impactos y productos corrosivos.
- IBC flexibles: también conocidos como «big bags» o FIBC (Flexible Intermediate Bulk Container), están hechos de materiales plásticos tejidos, como polipropileno. Se utilizan principalmente para almacenar productos sólidos, como granos, polvos y materiales granulados.
- IBC compuestos: combinan un depósito de plástico interior con una carcasa metálica exterior para una mayor protección. Este diseño híbrido ofrece una excelente resistencia mecánica y química, ideal para entornos industriales exigentes.
- IBC metálicos: construidos completamente en acero inoxidable o galvanizado, son adecuados para el almacenamiento de sustancias altamente corrosivas o inflamables. Se utilizan en la industria química, farmacéutica y alimentaria donde se requieren altos estándares de higiene.
- IBC homologados para uso alimentario: diseñados específicamente para el transporte y almacenamiento de productos alimenticios y bebidas. Cumplen con normativas de seguridad alimentaria, como la FDA (en EE. UU.) o la CE 1935/2004 (en Europa).
La elección del tipo de IBC dependerá de factores como el tipo de sustancia a almacenar, las condiciones de transporte, los requisitos de seguridad y las normativas aplicables en cada sector.
Ventajas de los contenedores IBC
Las empresas y organizaciones difunden la práctica de los contenedores IBC para mostrar que como son reciclables y se pueden emplear muchas veces, disponen de responsabilidad y sensibilidad social y que contribuyen al cuidado del medio ambiente.
Algunas de las ventajas que poseen los contenedores IBC son las siguientes:
- Tienen una capacidad máxima un poco interior a la establecida. En realidad, esto es una medida de seguridad para evitar cualquier tipo de incidente menor.
- Se adaptará a las necesidades del producto a transportar por su gran versatilidad.
- Son fácilmente manipulables gracias a dispositivos de transporte.
- Pueden resistir los esfuerzos que conllevan su manipulación y transporte. Se trata de una medida esencial para incrementar su confiabilidad y asegurar que los productos transportados llegarán a su destino en perfectas condiciones.
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¿Cómo limpiar y mantener un contenedor IBC?
El mantenimiento y la limpieza adecuados de un contenedor IBC son esenciales para garantizar su durabilidad, la seguridad del contenido y la prevención de la contaminación cruzada. A continuación, se detallan los pasos clave para su limpieza y mantenimiento:
- Vaciado completo: asegúrate de que el contenedor esté completamente vacío antes de iniciar la limpieza. Drena todos los residuos mediante la válvula inferior para facilitar el proceso.
- Enjuague inicial: utiliza agua a presión para eliminar los residuos visibles del interior. En el caso de productos químicos, es recomendable realizar un prelavado con agua tibia para disolver mejor los restos.
- Limpieza con detergentes: aplica detergentes o productos de limpieza específicos para el tipo de sustancia almacenada. En el caso de productos químicos peligrosos, utiliza soluciones desinfectantes o neutralizantes según corresponda.
- Enjuague final: enjuaga varias veces con agua limpia para asegurarte de que no queden restos de detergente o productos químicos en el interior del contenedor.
- Secado: deja el contenedor abierto para que se seque completamente al aire libre o utiliza sistemas de secado industrial si es necesario para un secado más rápido.
- Revisión de daños: inspecciona el estado del contenedor, prestando atención a posibles grietas, deformaciones, corrosión o desgaste en la válvula de descarga y la estructura externa.
- Mantenimiento preventivo: realiza inspecciones periódicas para verificar la integridad del IBC y reemplaza las piezas dañadas o desgastadas, como juntas o válvulas.
Un mantenimiento regular prolonga la vida útil del contenedor, garantiza la seguridad en el almacenamiento de sustancias peligrosas y cumple con las normativas de seguridad industrial.
¿Qué normativas regulan el uso de contenedores IBC?
El uso de contenedores IBC está regulado por diversas normativas internacionales que establecen los requisitos de seguridad para el almacenamiento y transporte de mercancías, especialmente aquellas consideradas peligrosas. Algunas de las normativas más importantes son:
- ADR (Acuerdo Europeo sobre el Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera): regula el transporte seguro de sustancias peligrosas en Europa. Establece requisitos para la construcción, prueba y certificación de los IBC.
- UN (Naciones Unidas): los IBC utilizados para sustancias peligrosas deben contar con la certificación UN, que garantiza que cumplen con estándares internacionales de seguridad para el transporte de mercancías peligrosas.
- ISO 16106: norma internacional que regula el diseño, la fabricación, el uso y la inspección de contenedores IBC para garantizar su resistencia y durabilidad en condiciones extremas.
- Reglamento REACH (CE) 1907/2006: regula el registro, la evaluación, la autorización y la restricción de sustancias químicas en la Unión Europea, incluyendo los requisitos de seguridad para su almacenamiento en IBC.
- Normativas nacionales: cada país puede tener regulaciones específicas sobre el uso de IBC. En España, por ejemplo, se aplica el Real Decreto 656/2017 para el almacenamiento de productos químicos.
- Normativas de seguridad alimentaria: para el almacenamiento de productos alimenticios, los IBC deben cumplir con regulaciones específicas como la normativa FDA (en EE. UU.) o la CE 1935/2004 (en Europa), que garantizan la seguridad alimentaria.
Es fundamental que los IBC estén debidamente homologados y etiquetados de acuerdo con las normativas vigentes, especialmente cuando se utilizan para el transporte internacional de mercancías peligrosas. Cumplir con estas normativas no solo garantiza la seguridad de las operaciones, sino que también evita sanciones legales y problemas durante el transporte.
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