Encuentra información técnica, reglamentación aplicable y consejos prácticos para elegir el cubeto de retención adecuado para tu empresa o planta industrial.
Seamos sinceros. En un sector industrial (químico, alimentario, logístico, etc.), el día a día es una carrera constante. Todo se centra en la optimización, la eficiencia y el cumplimiento de plazos.
Pero, en el fondo, hay un tema que mantiene despiertos a muchos responsables y decisores: el riesgo de vertidos accidentales.
– Tú, como responsable técnico o de compras, piensas: «Necesito soluciones que duren, que cumplan la normativa sin ser un sobrecoste y que se integren fácilmente en nuestra diaria operativa. No quiero problemas ni paradas».
– Tú, como responsable de calidad o medio ambiente, temes: «Un fallo humano, una micro fuga que pasa desapercibida, un GRG deteriorado… y la contaminación es instantánea. La sanción, la paralización y el coste de la limpieza pueden ser brutales. ¿Estamos cubiertos de verdad?».
Esos pensamientos son la realidad del manejo de fluidos peligrosos o contaminantes (aceites, lubricantes, productos químicos, disolventes, etc.). La seguridad en el almacenamiento no es algo agradable de tener, es un punto crítico legal y ético. La improvisación, sencillamente, no es una opción viable.
Aquí es donde entra en juego el pilar de la seguridad en el almacenamiento: el cubeto de retención.
Si has llegado hasta aquí, probablemente ya sabes que esta herramienta es mucho más que un simple recipiente.
Un cubeto de retención es, por definición, un contenedor secundario cuyo diseño y fabricación tienen un único objetivo: contener la totalidad de un vertido o fuga del recipiente primario (bidón, garrafa, IBC / GRG) antes de que la sustancia peligrosa pueda tocar el suelo, contaminar el drenaje o evaporarse de forma peligrosa.
Su función principal es aislar la sustancia, protegiendo tanto el medio ambiente como la seguridad de tus trabajadores.
Al integrar plataformas antiderrames en tu instalación, adquieres una ventaja competitiva y legal invaluable:
– Prevención de contaminación y cumplimiento normativo en el manejo de inflamables: Te garantiza que operas dentro de la legalidad ambiental y de seguridad industrial. Evitas sanciones que pueden superar los miles de euros y superas auditorías.
– Reducción de riesgo de accidentes laborales y exposición química: Limita la exposición de tu personal a productos químicos peligrosos, reduciendo accidentes y bajas.
– Protección de superficies y equipos ante derrames: Mantiene intactas las superficies, el pavimento y los equipos cercanos, que podrían dañarse por la corrosión o el derramamiento.
– Ahorro de costes asociados a limpieza y sanciones: El coste de una cubeta es irrisorio comparado con el coste de una limpieza profesional de un vertido importante o, peor aún, una remediación del suelo.
– Facilidad de instalación y movilidad según el diseño: Los diseños modernos, como los cubetos para bidones con rejillas o rampas, facilitan la carga, descarga y el trasiego.
La legislación sobre el uso y almacenamiento de líquidos peligrosos (a menudo recogida en normativas de residuos peligrosos, almacenamiento de productos químicos o prevención de derrames) es estricta.
Un decisor o técnico debe conocer que la obligatoriedad de usar cubetas de retención deriva principalmente de estos puntos clave:
Este es el cuerpo normativo más directo en España para la exigencia de cubetos.
El Reglamento APQ (aprobado por el Real Decreto 656/2017) regula las condiciones de seguridad de las instalaciones de almacenamiento, carga, descarga y trasvase de productos químicos.
Exigencia CLAVE: El MIE APQ obliga a disponer de un sistema de contención secundaria para la mayoría de las sustancias químicas peligrosas. La finalidad es recoger posibles fugas, roturas o derrames, asegurando que la capacidad de el volumen de retención sea la adecuada según las reglas de volumen (110% del mayor recipiente o 25% del total).
El incumplimiento de este reglamento no solo implica multas, sino que puede llevar a la paralización de tu actividad si la inspección detecta riesgos graves.
Recordamos la regla de oro que debes aplicar para cumplir con el APQ y el resto de las regulaciones: la capacidad debe ser el mayor de estos dos valores:
1. El 110% del volumen de capacidad del recipiente singular más grande almacenado en el cubeto.
2. El 25% del volumen total de los recipientes almacenados en el cubeto.
Puedes consultar el Real Decreto 656/2017, por el que se aprueba el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos y sus Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC MIE), para verificar la normativa específica que afecta a tu instalación.
El uso de cubetos anti-fugas es un requisito fundamental dentro de la gestión de residuos peligrosos. Las normativas ambientales (como la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, en España) exigen que las sustancias que puedan contaminar el suelo, el agua o el medio ambiente estén contenidas de forma segura.
Almacenar bidones de aceite usado, disolventes o cualquier otro residuo peligroso sin una cubeta de retención que garantice la estanqueidad es una infracción de la legislación ambiental.
El Real Decreto 374/2001, sobre la protección de la salud y seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes químicos, como ácidos y bases, durante el trabajo, también entra en juego.
Un derrame no controlado representa un riesgo químico directo para los trabajadores (por contacto, inhalación o incendio). El cubeto de retención homologado se convierte en una medida de prevención activa que minimiza la exposición y facilita la limpieza controlada del derrame, siendo un requisito clave en tu Evaluación de Riesgos Laborales.
Los cubetos de retención suelen fabricarse en plástico y acero inoxidable: para aplicaciones con líquidos corrosivos o requisitos sanitarios. La compatibilidad química es la decisión más importante. El material de fabricación debe ser totalmente resistente a la sustancia que contendrá.
| Sustancia que almacenar | Riesgo principal | Tipo de cubeto recomendado |
|---|---|---|
| Aceites, lubricantes, combustibles, líquidos inflamables (Clase A-I, A-II, B) | Inflamabilidad y contaminación | Cubetos de retención de acero |
| Ácidos, bases, líquidos corrosivos (lejía, amoníaco, ácido clorhídrico) | Corrosión química | Cubetos de polietileno |
| Sustancias poco agresivas o inertes | Contaminación | Cubetos de plástico o acero |
– Cubetos de polipropileno (PP) o polietileno (PE): resistentes a muchos productos químicos y ligeros.
– Cubetos de acero pintado o galvanizado: mayor resistencia mecánica, usados en entornos industriales exigentes.
– Cubetos de acero inoxidable: para aplicaciones con líquidos corrosivos o requisitos sanitarios.
– Revestimientos especiales (epoxi, morteros químicos) para aumentar la resistencia química y mecánica, especialmente en el trasiego de sustancias peligrosas.
Es importante elegir el material del cubeto en función del producto almacenado y la compatibilidad química.
Existen varios diseños según el uso y la capacidad necesaria, incluyendo opciones para el manejo de líquidos comburentes. La clave para una gestión segura es la segregación y la elección del material adecuado. Vamos a ver las tres gamas principales de cubetos colectores y para qué tipo de fluido son las ideales.
El acero es la opción más robusta y, a menudo, el requisito legal para el almacenamiento de sustancias comburentes o combustibles (gasolina, aceites pesados, disolventes, alcoholes) en bidones, jerricans y GRGs / IBCs.
– Ventajas clave:
– Resistencia mecánica: Soportan cargas pesadas y el rigor del entorno industrial (montacargas, golpes).
– Seguridad contra incendios: Son la opción preferida por su punto de fusión más alto en caso de incendio.
– Acabados: Disponibles en acero pintado (económico) o acero galvanizado (excelente para exteriores por su protección contra la oxidación).
– Usos ideales: Almacenamiento de grandes cantidades de aceites lubricantes, talleres mecánicos, zonas de repostaje y cualquier líquido clasificado como inflamable.
Cuando el riesgo es la corrosión, los metales no son la solución. Los cubetos de polietileno (o plástico de alta densidad: HDPE) son la respuesta.
– Ventajas clave:
– Inmunidad a la oxidación: Son completamente resistentes a la mayoría de ácidos, bases, y lejías, manteniendo su integridad durante años.
– Ligereza: Son fáciles de mover y limpiar, mejorando el tiempo de trabajo del operario.
– No se oxidan: Ideales para entornos húmedos o para el almacenamiento de líquidos que puedan reaccionar con el metal.
– Usos ideales: Laboratorios, plantas químicas, almacenamiento de desinfectantes en la industria alimentaria, y productos de limpieza industriales muy agresivos.
El almacenamiento no siempre es estático. Los cubetos plegables o portátiles están hechos de lona técnica de PVC o similar, diseñados para ser plegados y desplegados rápidamente.
– Ventajas clave:
– Portabilidad: Perfectos para vehículos de mantenimiento, obras o instalaciones temporales.
– Respuesta rápida: Ideales como cubeto estanco de emergencia en caso de accidente o fuga inesperada.
– Acceso: Permiten colocar maquinaria o vehículos completos sobre ellos para tareas de mantenimiento.
– Usos Ideales: Mantenimiento de maquinaria pesada en campo, operaciones de carga/descarga en áreas no preparadas o como prevención durante el trasiego de cubetos para GRGs / IBCs.
Independientemente del material elegido (acero, polietileno o PVC), la configuración del cubeto debe ajustarse al tipo de recipiente y al volumen que manejas.
Son los más comunes en cualquier instalación. Vienen en formatos desde un jerrican de 20 litros hasta plataformas para 4 bidones de 200 litros. Un factor clave en nuestras cubetas antiderrame es el diseño de las rejillas, que suelen ser extraíbles, facilitando el acceso al fondo para la inspección y limpieza.
Cuando la necesidad es almacenar una gran cantidad de bidones o garrafas en una zona definida, la solución pasa por las plataformas o suelos de retención.
– ¿Qué son? Son módulos robustos, disponibles en acero o polietileno, que se conectan entre sí para crear una superficie de retención continua y estanca del tamaño que necesites.
– Ventaja operativa: Permiten crear pasillos y zonas de almacenamiento seguras que se integran perfectamente en la logística de la nave, siendo manipulables con transpaletas o carretillas.
El almacenamiento de depósitos de más de 1000 litros exige cubetas de gran tamaño y resistencia.
– Requisito de carga: Deben soportar un peso estático considerable (más de una tonelada).
– Capacidad de retención: Estos suelen tener capacidades superiores a 1100 litros para cumplir holgadamente con la regla del 110%.
– La opción portátil: Incluso en la amplia gama de cubetos flexibles ofrecemos soluciones de grandes dimensiones para la contención temporal de tanques completos o maquinaria.
Para el almacenamiento de sustancias peligrosas en el exterior, la solución más completa y segura es el uso de sistemas cerrados que incluyen la contención secundaria.
– Contenedores modulares: Son boxes de alta seguridad (disponibles en acero para comburentes o polietileno para corrosivos). Estos contenedores ofrecen una cubeta de retención integrado en la base más una estructura techada y cerrada.
– Ventajas estratégicas: Protegen los recipientes de la intemperie (lluvia, sol, heladas), evitan la acumulación de agua en el cubeto, y garantizan una segregación estricta de las sustancias peligrosas, cumpliendo con el Reglamento APQ para el almacenamiento exterior.
– Otras opciones: También existen cubetas para armarios y estanterías para mejorar el espacio en interior.
Si gestionas almacenamiento de productos químicos a gran escala, puedes ver las especificaciones de los contenedores modulares APQ aquí:
Para garantizar que tu compra sea la correcta, sigue este proceso simple pero riguroso:
1. Identifica los líquidos y compatibilidad: Revisa las fichas de seguridad (FDS) de los productos. ¿Son corrosivos o comburentes? Esto define si necesitas cubetos de retención de acero o cubetos de polietileno.
2. Calcula la capacidad necesaria: Aplica la regla del 110% o 25% para determinar el volumen mínimo legal.
3. Define el uso y la ubicación: ¿Interior o exterior? ¿Fijo o para emergencias? (Aquí podrías necesitar de PVC plegable o modelos con cubierta).
4. Verifica los requisitos de almacenamiento: Asegúrate de que las certificaciones del cubeto (material, capacidad) se ajustan a la legislación de tu comunidad o país.
5. Considera la operativa: ¿Necesitas rampas para el acceso? ¿Sistemas de vaciado? ¿Plataformas modulares para optimizar el espacio?
Un cubeto de retención solo es efectivo si se mantiene correctamente.
| Instalación | Mantenimiento y buenas prácticas |
|---|---|
| Instalar sobre una superficie plana, nivelada y que soporte la carga total del cubeto lleno más los bidones. | Realizar inspecciones periódicas para detectar corrosión, grietas o deformaciones, especialmente en la rejilla. |
| Si usas cubetos de plástico en exterior sin cubierta, verifica que el material tenga protección UV para evitar la degradación. | Tras un derrame, la limpieza debe ser inmediata. El líquido derramado es un residuo peligroso y debe gestionarse mediante un gestor autorizado. |
| Asegúrate de que haya espacio para acceder y limpiarlo fácilmente y para la carga/descarga segura de los bidones o GRG. | Si tiene una válvula de vaciado (solo para agua de lluvia, ¡nunca para químicos!), debe estar cerrada y revisada constantemente. |
Depende de la reglamentación local; como referencia práctica, se exige al menos el 110% del volumen del recipiente mayor o el 25% del volumen total almacenado.
Sí. Pero es fundamental que sean modelos diseñados para ello (como los de acero galvanizado o polietileno con tratamiento UV) y que dispongan de cubierta para evitar que la lluvia ocupe su capacidad de retención.
El error más frecuente es ignorar la compatibilidad química. Comprar un cubeto de retención de acero para ácidos muy corrosivos o un cubeto de plástico para un líquido altamente inflamable que exige retención metálica por normativa APQ. ¡Consulta siempre la ficha de seguridad!
Siga las instrucciones del fabricante y la normativa sobre residuos peligrosos; utilice equipos de protección personal y gestione los residuos mediante gestor autorizado.
No siempre es obligatorio, pero es altamente recomendable. La rejilla permite que el derrame se deposite en el fondo del contenedor secundario, manteniendo los bidones secos y facilitando la limpieza y manipulación segura.
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